Cómo reconocer el síndrome del ojo seco y cuál es su tratamiento

Si alguna vez has sentido ardor, picazón y enrojecimiento en los ojos, es probable que seas una de esas personas que padece el síndrome del ojo seco, también conocido como "ojo seco". Esta enfermedad afecta de forma severa a más de 26 millones de personas en los Estados Unidos. Casi la mitad de los adultos padecen simultáneamente sequedad ocular, y los casos más graves pueden aumentar su probabilidad a partir de los 50 años.

Tanto las mujeres como los hombres padecen sequedad ocular en distintos niveles. Si eres mujer, tienes casi el doble de probabilidades de sufrir sequedad ocular que un hombre de una edad similar, debido a los cambios hormonales provocados por la menopausia y el embarazo.

Si eres uno de los muchos que tienen dificultades con el síndrome de los ojos secos, no tienes por qué seguir sufriendo. Conocer las causas y los síntomas de esta afección puede ayudarte a determinar cuáles son los tratamientos más eficaces. La mayoría de ellos se pueden autoadministrar.

Algunos de los síntomas más comunes del síndrome del ojo seco

Los síntomas del síndrome del ojo seco pueden variar entre distintas personas. El síndrome del ojo seco se diagnostica si se presentan los siguientes síntomas¹.

Ojos rojos
Sensibilidad a la luz
Picor en los ojos
Sensación de sequedad en los ojos
Dolor o ardor en los ojos
Visión borrosa

Un síntoma habitual/común, pero en cierto modo contraintuitivo, de la sequedad ocular es el lagrimeo o la producción excesiva de lágrimas. Esto se debe a que la sequedad de la superficie de los ojos provoca la aparición de lágrimas como un mecanismo de protección². Sin embargo, este exceso de lágrimas no alivia la sequedad ocular, ya que no se mantiene lo suficiente como para compensar la misma.

Causas del síndrome del ojo seco

Existen varios factores que pueden contribuir a la sequedad ocular, siendo la edad un factor común y fácilmente identificable. Según la Asociación Americana de Optometría (AOA), muchas personas mayores de 65 años padecen las causas del síndrome del ojo seco³.

El entorno también es otro motivo común de la sequedad ocular. Si se pasa mucho tiempo en condiciones meteorológicas de viento o al aire libre en climas secos, es probable que se experimente sequedad ocular. La calidad del aire interior es fundamental. Los ventiladores de techo y los aparatos de aire acondicionado mueven el aire de la casa, eliminando la humedad en el aire y los alérgenos, y levantando el polvo que provoca la sequedad ocular. Si vuelas con frecuencia, es posible que notes que el aire deshidratado de los aviones genera problemas oculares.

Una causa moderna de los síntomas de sequedad ocular son los teléfonos inteligentes, la televisión, las tabletas y los ordenadores⁴. Los adultos pasan de media más de 10 horas al día mirando diferentes pantallas. Las personas tienden a no parpadear con tanta frecuencia y en su totalidad cuando miran la pantalla, lo que incrementa la evaporación de las lágrimas y los síntomas de sequedad ocular.

También existen diferentes medicamentos y condiciones de salud que pueden contribuir a la sequedad ocular. Se ha observado que problemas comunes como la diabetes, el lupus y la artritis reumatoide guardan relación con el síndrome del ojo seco. Entre los medicamentos que provocan la sequedad ocular se encuentran los antidepresivos, los fármacos de uso generalizado, como las píldoras anticonceptivas y los antihistamínicos, así como los medicamentos para la presión arterial.

Tratamiento del problema del síndrome del ojo seco

Existe una amplia gama de tratamientos para el ojo seco, y su uso depende de la duración y gravedad de los síntomas⁵. Para algunas personas, las gotas oftálmicas sin receta médica formuladas para simular las lágrimas son suficientes para aliviar la sequedad ocular. En los casos más graves o provocados por la afección subyacente, el oftalmólogo podría sugerir tratamientos alternativos.

Si tu respuesta a las lágrimas artificiales no es buena, el oftalmólogo te puede recetar un fármaco colinérgico, que aumenta la producción de lágrimas naturales. Sin embargo, las pomadas o gotas recetadas se utilizan para reducir la inflamación de los párpados, impidiendo que las glándulas aporten el aceite que aumenta la lubricación y ayuda a evitar la evaporación en las lágrimas.

Si padeces síntomas graves de ojo seco que no responden a otros tratamientos, existe otra alternativa: las gotas de suero autólogo. Sin embargo, estas gotas oculares se elaboran extrayendo los glóbulos rojos de la sangre y mezclándolos con una solución salina para imitar la composición de las lágrimas.

En ocasiones, los medicamentos y las gotas oculares no surten efecto, pero sí lo hacen los cambios físicos en las partes del ojo que controlan la hidratación. En algunos pacientes, los conductos lagrimales pueden permitir el drenaje rápido de las lágrimas. En estas situaciones, los médicos tapan los conductos con un dispositivo de silicona extraíble denominado tapón puntual. Sin embargo, el oftalmólogo podría cerrar de forma permanente los conductos mediante el procedimiento denominado como "cauterización térmica".

Además, el resto de técnicas físicas para aliviar la sequedad ocular incluyen un procedimiento llamado LipiFlow, que aplica un suave masaje al ojo para desbloquear las glándulas sebáceas obstruidas. Esas glándulas se pueden desobstruir mediante una combinación de masaje pulsado y luz.

Autocuidado para parar la sequedad ocular

Existen diferentes pasos para prevenir el síndrome del ojo seco y establecer rutinas sencillas⁶. Algunos de estos pasos son los siguientes:

Parpadear al leer de una tableta o teléfono, o al utilizar un ordenador.
Beber agua en abundancia para mantener el cuerpo bien hidratado.
Tomar suplementos dietéticos, como los que contienen ácidos grasos omega-3, para prevenir las causas del síndrome del ojo seco.
Utilizar gafas de sol al aire libre para protegerse del viento y bloquear los rayos UV.

La rutina prescrita habitualmente y a la que cuesta acostumbrarse es la de lavarse los párpados y los ojos a diario con un champú para bebés. Cuando se supera la idea de echar jabón en los ojos, se descubre que se trata de un ritual relajante y cómodo que previene la sequedad ocular y trata los casos leves del síndrome de ojos secos.

Por último, la parte esencial del autocuidado es saber cuándo acudir al médico. Aunque los síntomas del síndrome del ojo seco son evidentes, pueden afectar a cada persona de una forma distinta. Es posible que una persona que experimente síntomas dolorosos padezca un caso leve de sequedad ocular, mientras que otra no se dé cuenta de que padece problemas graves de sequedad ocular hasta que un médico se lo indique. Acuden a un oftalmólogo u optometrista una vez al año.

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